9/29/2011

Desde la torre más alta.

Las reacciones son automáticas, como anélidos viscosos, derrotados por la ira y las ganas de seducir a la muerte en su más mínimo gesto centrípeto.Se arrugan las entrañas y emana el hedor de lo humano. Las celosas respuestas a estímulos completamente posibles. POSIBLES y no vistos. ¿Es la ceguera mi culpa? La mansión de mi ego ha sido escupida por la redención de su naturaleza indómita, bajo sus cimientos se levanta lo imposible, lo abyecto. Destruir el  hogar y entregarse al nomadismo de los cuerpos dispuestos parece la mejor opción para una bestia. Así prefiero quedarme. Infra-humanidad en la víscera de sus emociones desgarradoras. ¿Quien violenta mis dominios e introduce bombas hechizas? ¿Quien mierda es para despertarme de mi sueño de rabia?


9/27/2011

La caravana de los estímulos y percepciones.

Tengo rabia.
Tengo rabia hacia los satélites que me criaron con su fantasma inexistente. Satélites egoístas, individuales, adolescentes.
Móviles anacrónicos de ausencias repetidas que, a jirones, montaron en mis ojos la idea triste del regreso certero. Siempre volverán.


Fui criada por satélites y la gran madre tierra, quien ahora vive lejos, no tan lejos, pero lejos, en los cimientos de su fuga contra el mundo, en la palabra de los dogmáticos y las clases del bien ser.
No volvieron ellos. Volvieron otros con sus rostros, demonios con rostros de mis padres. Mutilaron mi existencia, como uñas de roedor humano que violentan, por puro automatismo, el centro de las hojas dulces.

Intensa. Me siento intensa. Intensa como la carcasa de cobre que se anuda en mis vísceras. Intensa como el olor a hospital. Como el olor a parto que aún deja marcas en las caídas. El olor a sangre y cordón umbilical, enrollado por cierto, tres veces en mi garganta.

¿Como no puedo ser intensa? Olvidar y dar paso a la ironía coarta el goteo de las explosiones, se acumulan en mi vientre y tajan mi carne rugosa. Otra vez volvió el dolor por quebrar la membrana que contiene mi espíritu, encerrado en cuajo por aquel amor primigenio, ausente. Contenido así lo intenso en un flujo menguante, en la forma de un corazón de felpa. Un narval contenido en un acuario.



Mi corazón-ballena arrojado a un tempano. Mi corazón en el azar de una maquina de peluches macabros.
Presa de garras que en su voraz hambre egocéntrica, dejan caer nuevamente al corazón,  en el abismo de los sin nombre.

Mi corazón tras la vitrina de los premios, cada vez se une más con la maquina inoperante, confabulan un boicot contra su funcionar metódico. Juntos quieren ser luditas. Deben ser UN ludita. Desmembrarse del suelo y escapar en el desborde de su historia saturada.

Corriendo por los paisajes grises de la ciudad moderna, en la desnudes de sus cables desfachatados, alimentados por el sol siempre presente. Saltándose guardias, botando señoras, haciendo volar las bolsas llenas de objetos que quieren igualmente liberarse.

En la caravana de los objetos sin forma, el cuerpo maquina-corazón es un provocador.

¿Como mantener la convicción de ser libre? ¿De saber cortar bien los cables, las separaciones correctas, en el tiempo correcto? Experimentar con el tiempo de lo correcto, en el juego de los cortocircuitos,  árido, torpe, energético, tectónico, amorfo, perecedero, nuevo, arrebatado, intenso. La vida en un juego de cables.


9/21/2011

Deseo; infiernos plegados





























No quiero extender mi ano desde la soga a la mierda (*)
sino el esófago que se fuga y se mezcla con la ligereza de los olores
en el grito desesperado,

en las garras invisibles que se quedan en el vacío
tras correr admirando el cielo
el cielo negro, el cielo brillante; (**)

cielojos que parpadean en el extremo de su intermitencia vomitiva
se adelantan los pliegues, gusanos que parecen
posibilidades de infiernos,

infiernos plegados
infiernos bellos
infiernos táctiles

placer poroso,
en la evidencia de mi desmembramiento: (**)
físico, altico, planico, orgánico, arabico...

Mil vidas en la -siempre insuficiente- fragmentación
decantación astral de mi esófago extendido,
en los infiernos plegados, tejidos de la nada.



*Cuando ocurren suicidios por ahorcamiento, se liberan las heces que quedaron dentro del cuerpo. Lo aprendí en Daydream, un manga: En la historia un tipo se había ahorcado en un club S&M.

** Significantes ";" y ":"  como presentación gráfica -escritural- de las membranas.


9/08/2011

Sábanas, no.

Dormir sin sabanas hoy es entregarse a la contingencia de un simple gesto absurdamente cotidiano: la lavadora batiendo mis restos, mis cadavéricas células entregadas al agua que fluye hasta el tubo sin fondo, el de los mil zurullos; mis células interactuando, buscando con quien copular, ya sea materia otra, ya sea la  propia agua. Efervescentes todos ellos -los restos-  en el inerte juego de la muerte, en su insignificante presencia multiorgá-s-nica. Tres pares de sabanas y tres tiempos distintos: células viejas, jóvenes, recientes, acumuladas, algunas removidas que, amamantandose del piso, fueron arrastradas en el hecatombe de movimientos: mi cuerpo furioso, dormido, sentado o pajero. Hoy duermo sin sabanas por que decidí renovar todo de una vez, de tajo acuoso, entre el detergente y la electricidad.



8/30/2011

perezosos

¿Por que nos esforzamos tanto en ser enfermos de productivos , es decir no descanzar, y no tomarle el peso al silencio? Quizás los perezosos, que a nuestros ojos duermen todo el día, son igual de maravillosos que las civilizaciones, la historia y el pensamiento, infinitamente sobrevalorado... los perezosos y todo un mundo en el reino de sueños...




8/11/2011

a propósito de The Velvet Underground.

Femme Fatale es como para caer en un laberinto sin himen, un abismo sin himen...con recuerdos entre mezclados, de cuerpos y sonrisas, de rush, de ojos pequeños . Un rimel corrido y piel sudorosa, un poco de todo. Caer en los brazos de un momento intransigente, mudo, en la felicidad nimia, naive y espumosa hasta la ceguera; algo así como el amor, el deseo enfermo de ser a-cogido. A lo último, la suma de que en realidad honey...eras un encanto, pequeño pedacito de dulzura, cubierto -por supuesto- de algún residuo de los sabores. Pastoso el trago , no el cliche amargo, no, seco, seco como los dedos con polvo. Parte de mi ideal, y la plusvalía de mi deseo. Nunca pude tocarte. En lo real, ni tu misma estas, por que se huele el malestar: en el rostro, en el gesto, en los lapsus. Ahí pequeña es que el navío queda cautivo. La melancolía -queweamáscliché- de la mirada disconforme es el canto para Ulises. Ese weón caliente, ese weón enamorado y caliente, un voyeaur, Narciso de su propio deseo, sin siquiera mirar. Sentir pensaba ...sentir sentía. Iluso. Vas a ser comido por una sirena y su séquito de avatares: la disculpa, la manipulación, la indiferencia y la calentura. Y la hermana perdida, el amor , está encerrada en el manicomio del Ello, la muy pobrecita vive como la mujer gallina. Y tu piensas que vale la pena? El mundo está cagado. Los espíritus más rotos y las piernas más sedientas de nada.

6/14/2011

vida es todo trabajando.




Scheherazade hace sortilegios para no morir.
Le cuenta cuentos a su rey para no morir.
Se juega la vida en sus narraciones para no morir.
No vive en un sueño, ni en las locuras de una niña mimada.
No. Ella lo hace para no morir.
Su paga es la vida y una vida trabajada,
en las fabulas, la carne y la historia.
Su paga es la vida misma, para no morir.

5/08/2011

Padre, huevo dañino , cortar

La neurosis por encontrar la mano de mi pater -esa ausencia trastocada que me lleva por carruseles macabros. Macabros como los del Mampato, con ponnies cansados- debe terminar. Gran mayoría de personas rellenan esa forma con un solo grito. con gritos mi padre se hizo presente a los nueve. Los gritos, gritos, hablar más fuerte, la discusión, quien discuta es mi padre y por eso me vuelvo un huevo latente. Como aquella vez que preguntaron mi nombre y conteste "vevo dañino", aunque por esas fechas yo tenía como dos.
Del huevo al dañino y vino la violencia, la violencia contra el huevo, dañino huevo, la coraza violenta/violentada. Y mi padre seguía ahí, ausente, otra vez.
Reemplazos, reemplazos, reemplazos de cuerpos ahí, ese X rellenable que es mi padre. Mi amor que es mi padre. Ya no más.




(No puedo sino ser participe de este escenario al que asisto cada vez que salgo de la pantalla y me siento en la butaca... cambie(o) la cinta!)

3/26/2011

Esa necesidad de los flujos


Esa necesidad de los flujos.

Mi nariz tapada. Se cerró otra de las vías donde fluido y energía se intercambiaban en vida. Se me curtió un canal de conexión, mi nariz. Y eso afecta mis ojos, mis oídos, mi pecho. Me siento externa cuando enfermo. Se abre la cajita de pandora por esa gran contención de fluir. Se transforma en llave. Mi cuerpo se analiza, se desdobla y se mira. Luego juzga, se desplaza a la solitaria figura de la razón y vuelve a quitarse las costras mnémicas. Empezamos de nuevo.

¿Cómo dejar ese conjunto sin cerrar? Cauterizar, cerrar, un momento que se desborda. Un bi-camino entre lo que hacer y lo que desear. Superar. Superarse en todo sentido. Y por la cresta que te echo de menos. Siempre echo de menos. En parte por mí, y otra gran por ti. La Bjork no me ayuda nada. Ni su posible amor tampoco. ¿Cómo abandonar esta, la neurosis? La neurosis, ese espacio al que me acostumbre a liberar mi libido furiosa. La instancia en donde me masturbo con mis lágrimas. Donde me siento un poco viva, algo de vida negativa, como esa vida que es vida porque precisamente no es muerte, y uno se mantiene allí, en la pitilla melancólica masturbándose, repito, finalmente con el absoluto. Y que más se puede hacer si la rabia no tiene destino, si el morbo no tiene destino foráneo, ni vestido ni condón anti-mundo. Es un acto pornográfico a la inversa. Narcisista hasta la vena cava que, sarcásticamente, no puedo ver. ¿Es uno narciso si la hostilidad cercenó la mirada desde un principio? ¿Cómo se puede amar a uno mismo y ser un egoísta, si las vertebras de la vida se forjaron de fuera hacia dentro? ¿Si me instalé centrifuga en un acto de sobrevivencia? No, no me pueden juzgar egoísta si trabajo el salir, casi contra esquizofrénica, al mundo de los enchufes y las realidades matéricas. Realmente lo hago. Desgasta. Y la desconexión, la falta de una eficaz conexión, no entre yo y el mundo, sino entre yo y la forma en cómo ingreso a ese mundo, me produce angustia. Inevitablemente me sigue, el mundo, externo, aún tocando con mis dedos lo que debería, debería en ese 99% de efectividad tecnológica, aparecer en la pantalla. Proyección y efectividades. Efectividades, y correspondencia. Los errores, problema de lógica, en ese acto que si considero egoísta: la dominación y estrategia de ese desborde transeúnte que nos hace aparecer.