9/11/2014

nerviosismos, endulzantes e invocaciones

Que tiempos pasados de subrayar mis textos con excitación, con esa la linea nerviosa que se desborda bajo palabras desconocidas. Que distinta me siento al borrar aquella juventud, al borrar y molestarme con aquel ímpetu soberbio y despreocupado, precoz. En una actualidad distinta demarco con lápiz de mina mis apuntes tácitos, conceptos y lineas horizontales. No sé si he crecido, o me vuelto más hosca. Solo devengo un cuerpo que se realiza en el él, en un plan que no es solo retórica compleja, sino movimiento escrito. Algo murió en ésta inorgánica del caballo, humores estancados se han liberado con el movimiento de los taumaturgos. Una suerte de baño de sobre las cosas, un velo especulativo se ha difuminado en mi perspectiva. Por eso escribo, no escupo. Ya no endulzo, invoco.


Me guardo y no salgo,
Me encanto y no proyecto,
Me dejo y no intento,

etcéteras y etcéteras,