9/29/2011

Desde la torre más alta.

Las reacciones son automáticas, como anélidos viscosos, derrotados por la ira y las ganas de seducir a la muerte en su más mínimo gesto centrípeto.Se arrugan las entrañas y emana el hedor de lo humano. Las celosas respuestas a estímulos completamente posibles. POSIBLES y no vistos. ¿Es la ceguera mi culpa? La mansión de mi ego ha sido escupida por la redención de su naturaleza indómita, bajo sus cimientos se levanta lo imposible, lo abyecto. Destruir el  hogar y entregarse al nomadismo de los cuerpos dispuestos parece la mejor opción para una bestia. Así prefiero quedarme. Infra-humanidad en la víscera de sus emociones desgarradoras. ¿Quien violenta mis dominios e introduce bombas hechizas? ¿Quien mierda es para despertarme de mi sueño de rabia?


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