11/02/2013

los días


Un demonio canta karaoke en mis pulmones, en la traquea y los intestinos, pregnando una resonancia vacía que no apunta a nada, como un gemido carraspeado, mudo, que no apunta a nada. Me siento más nimia que ayer. Menos demoniaca que ayer. He encontrado en mis preguntas un cuesco inerte de palabras que fueron mortíferas, satisfactorias. La templanza me aniquila como si la vida fuera fumigada hacia mis heces, hacia mi estomago agrio. ¿Sera la frigidez? ¿Sera la calma que persigue a mis hermanos inquietos? ¿O es que la ansiedad está muy aprendida?