4/02/2013

el cuerpo castrante y la carne que vibra

Nunca he entendido bien el mundo de los hombres ni de la extraña forma en que retuercen sus vidas en la administración rotunda del hálito que les va quedando, siempre quedando, como formadores de ecuaciones y espíritus de la desafección.

Nunca he entendido el mundo de los hombres ni la manera en que cortan los espacios, tajadas muertas, órganos sin vida en donde placen sus traseros fríos  fríos como una lapida de pura producción ¿de qué? de  telarañas, movimientos sin carne, astucias y triquerías para alimentar lo interesante, regocijarse en la estimación y el cúmulo absurdo de una nada encapsulada.

Nunca he entendido el mundo de los hombres ni como me violenta a veces, ni como tengo que sostenerme las costillas para no vomitar un sentimiento oscuro, pesado como las extremidades llenas de petroleo, generado por una matriz protésica, de angustia perpetua ante la calma, la falta de producción. Quizás , la palabra "inutil", los "no sirves para nada",  se carbonizaron en mi corazón como un mecanismo tortuoso que no hace más que latigar mi espíritu 

La violencia del pater enfermo, la violencia del pater capital, la violencia del sin alma, que no es la bestia que mira desde el jubilo de su vida salvaje, de sus ojos brillantes marcados por la sangre, o el hedor dulce de un fornicar abierto, el palpitar de las gargantas en alaridos; no,  los sin alma son aquella carne vuelta cuerpo para la producción, ya no para la vida.

¿Como hago yo para defenderme de tal yugo? ¿del auto-gobierno trazado en mi carne que se resiste a ser cuerpo de producción? Al menos mantengo una distancia con aquel cuerpo administrado, aquel cuerpo que no quiero ser....

Voy a buscar en mi espíritu nuevamente aquella certeza que me aleja de la tortura, que me aleja de la imagen que me hago del mundo, a través de la violencia de mi "inutilidad"....Voy a buscar en aquella certeza  el jardín del Gehena...donde llegaste tú, con lo extraño y lo cercano, traspasando los cuerpos deshaciéndose,  con el aura espectral de los foráneos, su magia evanescente y a la vez tan maciza...Tú que has bailado con el guardián  acariciado sus pezuñas, su lomo de fuego.. Tú que has besado a Hela y escuchado sus terribles cantos con la luna en los ojos... la carne que vibra...




fuck my body y su conformación castrada...mi carne es el reino del Gehena y el tuyo también.