11/10/2014

canibalismo

Todo lo que es calentarse hasta la médula de los ronrroneos y la carne, el agua, la tierra. Cactus en los pezones y la madera agrietada. Morderse un poquito y moverse por dentro. Mirar desde distintos lados, fantasear desde distintos lados. Llorar después. Pero no importa, porque es de tonta, de miedosa. ¿Llorar por qué no sea verdad? No. En la inmanente cercanía eso y mucho más. Mi proyección se termina en la piel y los pelos. Ni un centímetro aparte. Ni un fantasma ni un cuerpo distraído, ni una a-sincronía cósmica, la fisura de mi corazón quizás. Pero no, de un golpecillo le digo basta y vuelvo a morderme, como un felino a punto de saltar. Calentarse hasta la médula y los ronrroneos. ¿Qué más? Nada más ni nada menos. Lx quierx todx y a todxs, comerme todx.



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