el dinamismo de los humores,
rito de la carne motora,
expectante al despliegue del espíritu,
mostrando los dientes,
que tema la médula y empiece todo a brotar,
los dientes,
clavículas eternas del respiro absoluto,
impregnan de soltura aquella carne ácida
escurriéndose ella en un tiempo sintético;
que salpique la médula y empiece todo a brotar,
aparece,
punzada en los parpados iluminados,
esa superficie micro-mnémica,
la luz creciendo hacia dentro,
muda y compleja.
que macere la
médula y empiece todo a brotar.
en los
dedos y su galaxia invisible
la
extensión de un soplo temporal,
el humo
terrible que se detiene.
quimera
primordial,
médula imposible de todos siendo.
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